¿Qué haré con mis ideas tirabuzón?
Me impregnas de bucles
en rizos que me trepan
en pedacitos,
esos pequeños trozos
como anclas.
Por mi libertad
recogeré unos fragmentos
de honestidad.
A tus deudas,
las perdono en previsiones;
esas cuentas de quien espera,
pero no demasiado.
Cuando me salve
libraré todos los cheques
y cubriré todos los rojos
de las corrientes y de las cuentas
en promesa y lujuria
del garante de mi esquina.
Me cultiva el desconsuelo
en esos ojos.
Drásticas soluciones en forma de sutil poema, preciso y transparente. Cordialmente un saludo.
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Entre una aparente dulzura mentirosa y la crueldad de una verdad preferiré esta última. Aunque tenga que sufrir la acidez del limón.
Un abrazo.
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La critica es la madre de la prudencia.
Saludos.
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Ya lo creo. Hombre precavido…
Un abrazo.
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Como siempre ¡genial!
Un fuerte abrazo, Verónica.
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Un beso sonoro, Isabel. Sonrojo y lo sabes.
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¨A tus deudas,
las perdono en previsiones;
esas cuentas de quien espera,
pero no demasiado¨.
Excelentes versos…. Como siempre tus poemas son un pretexto, una invitación para ir y ver más allá… Gracias por el viaje… Fuerte abrazo querida Vero… Aquileana 😀
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Evocan tantos pretextos como la realidad 😉 Felices los que ven desde otro punto, con otras intenciones, con los ojos desnudos. 🙂
Un abrazo estrecho querida A.
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Agridulce. Y esos ojos desconsolados, mirándote con la fijeza del espejo, quizá piensen: ‘¿Qué haré con mis ideas tirabuzón?
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No tengo respuesta posible para esos ojos tan míos y desconocidos. Las ideas se retuercen para irse siempre retornando.
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«Me cultiva el desconsuelo
en esos ojos».
Pedazo de versos para un cierre poderoso, queridísima, un cierre que se queda haciendo círculos en el agua.
Besos
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Son versos con efecto de piedra que reclaman almas agua.
Besos y un agregado extra de abrazos.
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Me agrada, sobre todo el ritmo. Felicidades
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Gracias por la observación. Intento leer de distintos modos y con ritmos diversos. Ahí también hay una clave de identificación.
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Contrario a lo que comentan, para mí los versos más potentes son
«Me impregnas de bucles
en rizos que me trepan
en pedacitos,
esos pequeños trozos
como anclas.»
Por su sentido literal (un alguien de cabello rizado, osea tú misma y/o un otro), por su sentido metafórico (rizar el rizo, darle vueltas a las cosas, estirarlas), y hasta por su sentido metafisico (que la vida es una cuerda torcida en espiral). Y, ¿sabes que es lo mejor? Que los tres discursos embonan perfecto y, a la vez, le dan lecturas complementarias al poema.
Me gusta porque me ha hecho sentir y me ha invitado a pensar.
Un saludo y un abrazo, Vero.
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Pues… lo interesante es que todos mis lectores encuentran un fragmento que hacen propio. Como autora del todo debo enorgullecerme. Y, claro está, me gustan esos juegos que juego como el que rescatas. Me alegra que lo advirtieras con el cerebro y con el corazón.
Un gran abrazo, Daniel.
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Vero, en este poema que escribiste como cigarra, te salió la parte «hormiguita banquera» a raudales. ¡Qué maravilla la mezcla resultante! Creo que de este guiso fantástico tendrá envidia hasta Maribel 😉
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¡Soy una hormiga financista! Pero no de esas hormigas que buscan dividendos sino más bien de las que ahorran moneda a moneda.
Un abrazo de martes y cuentos. 🙂
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¡Eso lo tenía muy claro! Como buena hormiguita amontonas granitos de poesía, de cariños, de risas, de vida… y con todo ello cocinas tus versos de cigarra 😉
Abrazo de miércoles con mucho humor y una pizca de arte 😉
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Afortunado el garante de tu esquina. Acabo de leer cuatro entradas tuyas de manera continua y eso ofrece cierta visión de conjunto que a veces es muy útil. Por ejemplo, veo que utilizas –y vaya si lo haces bien– esos juegos léxicos visuales propios de las nuevas formas de comunicación como, por ejemplo, los guiones bajos o, como en este caso, las palabras tachadas (el cual no es propio de los nuevos medios, lo sé). En éste caso en particular, leer esas palabras tachadas me arrancó una sonrisa. Después de ello, ese detalle ya deja mucha tela para cortar. Como siempre –y esto es una gran virtud tuya– en cada poema siempre nos regalas algo nuevo.
Cariños.
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(Dime que no tenías apuro en las respuesta así tranquilizo mi conciencia).
Mi visión de conjunto es bastante dura y patética. Tiendo a descartar todo lo escrito. Sí, lo sé. Un psicólogo por aquí y un refuerzo de autoestima, también. No tengo lectora más exigente que yo. Creo que venzo mi timidez y publico al solo efecto de comprobar que no lo hago tan mal. (O Uds. son muy buenos. Pero prefiero no pensar en ese sentido. No está taaaaan baja). Por lo demás escribo lo que me gusta leer. Tal vez aprecio otras formas pero sin dudas aprecio las mías aunque los resultados no siempre me satisfagan.
Abrazos.
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No, no tenía apuro. Con respecto a mi crítica o halago, puedo asegurarte que no soy de los que dicen las cosas para quedar bien. Cuando comienzo a comentar en ciertos blogs siempre hago la aclaración de que seré sincero en mis dichos y eso lo mantengo. Tampoco caigo en la pedantería de criticar gratuitamente ni al hacerlo caigo en torpezas; pero creo que el ser sinceros es una gran ayuda, sobre todo en el caso nuestro de que escribimos ficción o esos textos que están a mitad de camino entre las propias vivencias y la ficción (en el caso de mi blog casi no hay ficciones; pero cuando le muestro alguna a un amigo espero de él una buena crítica; de otro modo no hay avance).
Así que sigamos así; siendo honestos y educaditos (¡qué buenos chicos, che!); creo que será mejor para todos.
Abrazos.
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Muy profundo…. Grazie
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Intento una reflexión…
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En ti ancladas las ideas.
¡Que te den más!
Sean dulces o ácidas
ya colocarás en ellas las palabras.
Sí, escríbelas,
las leeré todas aunque tarde menos que la eternidad.
Si no paras será eterno el disfrute sin final.
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Ya no aspiro a la eternidad.
Tal vez asumo la permanencia.
Intentaré dejar un recuerdo
como ancla
aunque sea cítrico.
Un gran abrazo, Lisardo 🙂
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