Si la felicidad fuese un territorio posible
Me arrebujé en el asiento
a contemplar en diagonal
el transcurso del paisaje.
En su discurso aguado
se arremolinan veloces y
con epicentro de vorágine
los postes olvidados de
las comunicaciones de antaño.
La ruta devora la velocidad
de cada segundo marchando a su muerte.
Se clavan en mí esos pasados.
ese viaje suena interesante; Felices y Bendecidos dias Veronica, un abrazo
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¡Feliz día, Leyla! La ruta siempre espera…
Un beso.
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«La ruta devora la velocidad
de cada segundo marchando a su muerte».
Me gustan especialmente estos dos versos, Verónica. Claman poesía.
Besos y buena ruta.
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Un abrazo que desea buen viaje antes que se consuman nuestros tiempos.
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The speed is here, swirling! Your poems tells of it well, Veronica xx
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Tanto como la velocidad espero encontrar también el tiempo, el pulso. Un beso y mi deseo de un domingo feliz, Christy.
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Buen viaje, Vero. A disfrutar cada segundo porque la vida nos devora a nosotros.
Un abrazo y buenas Pascuas.
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¡Felices Pascuas, Bella! Y aunque estemos siempre en (y de) viaje en ocasiones modificamos el itinerario.
Un beso viajero.
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Detenido en una ciudad (por suerte) hermosa, la necesidad de la ruta se me hace imperiosa; pero las circunstancias mandan. El poema es evocador (al menos para mí, claro) y la relación ruta/muerte, aunque no original sí es muy efectiva. Me detengo un segundo en el epígrafe, Verónica; «Si la felicidad fuese un territorio posible». Ese condicional me resultó curioso y muy sugerente. Yo creo, modestamente (y vuelvo aquí al «yo»), que sí es un territorio posible; sólo que hay que tomar las decisiones necesarias para ello. Dejo la puerta abierta a modo de pregunta.
Cariños.
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Diste en la tecla, en el clavo y en el (mi) punto flaco. El epígrafe no es más que el comienzo de unos versos que quedaron inconclusos. Por eso, el llamativo tiempo verbal tenía sentido con su continuación (bastante dura, por cierto. Y por eso mi ‘abandono’). El condicional era, en esos versos, más tristeza que otra cosa (me excuso por no entrar en detalles que hoy, felizmente, no tienen sentido). Es, también lo creo, un territorio posible pero no inmutable ni permanente. Mi ¿inercia? (no encontré palabra mejor) tiende a hacerme perder de vista que la felicidad no es un territorio conquistado sino a conquistar, en movimiento, siempre.
Un abrazo.
PD: ¿resulté muy críptica?
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No has resultado críptica en absoluto. Si el poema que quedó en el olvido implicaba tristeza, pues me parece bien que haya quedado atrás. Siguiendo con esta rica suma de citas y memorias, me hiciste recordar unos versos míos que están en algún lado: «La muerte no es más / que la quietud del tiempo». Es decir, algo parecido a lo que decís vos y es en lo que estamos de acuerdo, sobre todo: si no hay movimiento, no hay vida.
Un abrazo.
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Querída Vero, la felicidad es un terreno posible. Quizá fugaz, quizá esquivo, pero nunca utópico.
Mil besos amigas mía, de esos que nunca dudan.
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Es una de las pocas certezas optimistas que tengo, María. La felicidad es un hecho posible.
Un ramillete de besos y muchos abrazos.
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Ay, querida, ¡cuántos de esos muertecitos pueden jalonar un pasado! Unos se clavan dulces y otros con hiel, pero todos se clavan. La ruta ahí está, y vivir es viajar, y parar en terrenos posibles para hacerlos ciertos, luego seguir reparados o exhaustos hacia la nada.
Un beso posible y cierto
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La ruta se abre como signo de interrogación. Quizás la muerte sea detenerse o dudar.
Un beso que no se agota en su fuente.
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Pienso el el tema Paisaje de Vicentico…. Excelentes versos Vero, y la metáfora de la vida como un viaje…. Como un trayecto que es un segmento con principio y fin, en definitiva es ciertamente elocuente… Genial! Besos, Aquileana 😀
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Dejo una confesión: (del orden de un guilty pleasure) la primera versión que recuerdo de Paisaje me remite a Franco Simone [¿pensaste Gilda? 😉 ]
Muy curiosamente esta es una de las pocas cosas que escribí sin engañarme pensando exclusivamente en la ruta y en un viaje. Olvido que tanto a Uds. como a mí nos reúnen pensamientos comunes y le damos a las palabras otras dimensiones. Quizás esa sea siempre la intención y mientras hablo de esto o de aquello en realidad sea la vida la razón de mis palabras y lo demás, un pretexto.
¡Abrazos, A!
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Pingback: Sueños de carretera | Puras Vagancias
Todos los segundos mueren
en este viaje.
¡Y tú te arrebujaste!
¡Qué suerte!
Todavía te dejan arrebujarte
saludando al futuro mientras el pasado muere.
Quisiera envidiarte y no te envidio,
leo tu análisis vivo
y me permito felicitarte.
A los dos nos quedan por delante
los siglos.
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