Fotografia, Lo que escribo, Poesía

Nada es definitivo.

Según la coma el significado; por eso mi sintaxis tiene final (y medio y principio) abierto. La lectura compromete la intención. Te comprometo. Te invito a la reflexión. Me interrogo. [Me] Tiendo trampas.
Escribo para dejar espacios en blanco y también espacios ciegos y confusos. Además, escribo para demostrar. Aunque no olvido que mi método preferido es la reducción al absurdo. Esa exageración que, al no corroborarse comprobará, por oposición, todo lo contrario. Debe usarse científicamente con cuidado. Tiene más punch, como todo lenguaje, y logra un mejor efecto en el lector, lo que se afirma en lugar de lo que se niega. En otras palabras, no es un artilugio que se gatille sin consecuencias. Se me dispara la memoria y atesoro recuerdos que se modifican, que se olvidan apenas. Por eso apelo a los axiomas, esos bichitos indemostrables. Ahí vas Infinito corriendo tras algún espejo.

Puro

Sin agregados
ni diluciones
ni alteraciones
Sin mácula

Sin registro de conductor
Salvaje y libre
Domina los destellos de la luna
Aúlla sueños desmalezados
Mientras parpadean
mis luces de asalto
En apogeo.

Sabrás a calma:
te sentencio
El olor a lluvia
no será muerte.

Estándar