
Para el que mira sin ver – Foto: Edna Rocío Romero Rojas
El mundo es diminuto.
El mundo es un aula
inclasificable,
infinita,
caótica.
Sin embargo
me condicionas.
Me pides clasificaciones innecesarias,
tan superfluas como mis mañanas.
Rebusco categorías
y dispongo los estantes.
Ordeno sin pausas.
Están los escapados del manicomio
y quienes gozan el ejercicio impar de su locura;
los maduros y los púberes.
Quienes fuman, quienes no
y quienes extrañamos hasta la última calada.
Quienes usamos gafas, quienes tendrían que llevarlas
y quienes ven con el alma
Los que se animan, los que ensayan
y los prudentes.
Los rectos y las hipérbolas.
Los reales, los imaginarios y los complejos
¡todos ellos tan números!
Encuentro poéticos y polizones,
Policías y ladrones.
Y estamos los que obedecemos
y también quienes nos rebelamos.
Y exclamamos susurrando,
tímidos y afónicos
no somos parte de tus divisiones.