Sensaciones, emociones, arte

—No es el mejor punto para apreciar un cuadro —una voz segura me arranca de mis pensamientos. Bien sé quién es su dueña. No cedo a la tentación de girar y enfrentar su mirada.
—Punto, línea y Kandinsky —acoto sin moverme. —Y contradiciendo a los doctos en apreciación pictórica debo decir que éste es el mejor lugar para apreciar la huida oblicua de la recta.
—Sí, puede ser. ¿Conmovida por la composición? ¿Y los colores?
—La paleta no es el motivo del ángulo. Puedo apreciarla desde aquí. Cuando no resista la tentación del naranja cambiaré de lugar.
—Si dejo el mío —añade entre risueña y juguetona.
—Dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio simultáneamente. Esperaré a que me cedas el punto.
—Cuando quieras. Iré en busca del amor de Miró. Parecen de la familia, ¿no? Es una buena selección. ¡Punto para el curador!
Con la soltura…
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