Esclavizo las prosopopeyas
con actitud épica.
En dulce agonía ruego:
¡ven a mí
don de la elocuencia!
Calla el silencio
de mi abrazo como jaula
Esclavizo las prosopopeyas
con actitud épica.
En dulce agonía ruego:
¡ven a mí
don de la elocuencia!
Calla el silencio
de mi abrazo como jaula
Verónica como siempre precioso pasa por mi muro porque te he nominado por fantástico blog besos.
Me gustaLe gusta a 2 personas
¡Gracias, Sil! Aún no he pasado. Ahora me llego. ¿ya te sientes mejor luego de los mimos?
Besos
Me gustaLe gusta a 2 personas
Jajaja siiii mucho mejor 🙂
Me gustaLe gusta a 2 personas
De ser así, la hoja tiene la palabra.
Un abrazo, mi querida amiga.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me acercaré para escucharla. 🙂
Un beso que vuela para llegar a destino.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Viene en tu ayuda xke las prosopopeyas no son esclavizables, modera tu ego.
Estás incrustada en mi corazón.
Me gustaLe gusta a 2 personas
No modero porque soy caprichosa (y porque necesito tener la autoestima en alto, dicho sea de paso). Llevame como un tatuaje. Me imagino incrustada y es fuerte esa imagen. Escribís lindo, la puta madre (y sucumbo como una minita fácil).
Besos gorgeus
Me gustaLe gusta a 2 personas
Mujer insaciable, ya estás en mi corazón pero además quieres usar mi cuerpo para promocionarte. Eso no va a pasar salvo que me ofrezcas un buen dinero.
Y que sí no puedo olvidarte.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Quiero todo todo todo. Tengo que apagar el fuego de algún modo. Pero lo mío es puro y genuino. No ofrezco biyuya ni recompensa.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Nadie con simple sentido común espera » biyuya ni recompensa» de tu parte, sólo agredecemos ke sigas en la Red.
Me gustaLe gusta a 2 personas
JAMÁS intentes apagar tu fuego, morirías.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Ni lo intento.
Me gustaMe gusta
El silencio, ese gran enemigo… o quizá el exceso de versos en la cabeza que en ocasiones ves tan claros justo antes de dormir y no eres capaz de recordar a la mañana siguiente… Una dura pugna. Haces bien además en esclavizar las prosopopeyas, que pueden provocar muchos malentendidos 😉
Hermoso, Verónica.
Un beso
Me gustaLe gusta a 3 personas
La prosopopeya es inesclavizable. Si buscas sexo con Vero (se nota en tu comentario) debes cautivar su cerebro o adivinar ké cosa barata la calienta.
Me gustaLe gusta a 3 personas
No busco sexo con Vero, no porque no considere que no es bella, todo lo contrario, pero el sexo está sobrevalorado… y La distancia es insalvable. Y la prosopopeya, muy redundante en ocasiones, se acaba esclavizando ella sola.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Intento salir airosa de la pugna pero veo que entre nosotros se interponen la distancia y el sr. pajuerano. Un abrazo de esos que vencen puntos cardinales. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajajajaja. Nacimos para vencer obstáculos, no hay problema.
Recibo ese abrazo y te devuelvo otro igualito-
Me gustaMe gusta
Muda me quedo!! El don de la elocuencia ya lo tienes!!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Naaaa. No te quedes muda. No tú, mujer, que siempre encuentras ese ritmo y esa gracia para decir.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Conciso y contundente. No son necesarias más palabras. Tres actores protagonistas para tan breve escena de infinita secuencia
Me gustaLe gusta a 1 persona
Cuando dices ‘esas cosas’ enrojezco. Pero además ay una cierta imposibilidad material de alargarme. Me resigno ante la dificultad como si fuese virtud.
Un abrazo grande.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jamás había leído el abrazo como el símil de una jaula. Y tiene sentido, en cierta forma.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Los abrazos también ‘atrapan’ aunque espero que con resonancias más felices. 😉
Un abrazo gigante. 🙂
Me gustaMe gusta
Hermosa retórica la que esclaviza el abrazo… Son los silencios lo que mejor guardan secretos. Sin duda la clave está en el título de este gran poema. Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
🙂 El silencio es un arma de doble filo, ¿verdad? Es tanto puerta abierta hacia la libertad como llave de secretos. Un abrazo inmenso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Reblogueó esto en Raciozinando.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Pingback: El silencio de la hoja – licconsuegra
Me quedo con los versos finales. Me han encantado, Verónica. Me has dejado sin palabras. ¡Qué arte tienes!
¡Feliz miércoles! 😀
Me gustaLe gusta a 1 persona
Vamos, Javi… tú también tienes lo tuyo. 🙂
Besos plagados de silencio. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Retórica y redundante sin menoscabo de la poesía; además, entre el canario juguetón y el vuelo libre del águila, elijo.
Un beso callado y silencioso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sabes e intuyes, además.
Abrazo cómplice.
Me gustaMe gusta
Hay cosas que por mucho que las llames se hacen las sordas 😉 Pero tú insiste, que parece que te hacen más caso que al resto de mortales.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No claudico e insisto. Tal vez, tanto llamar a las cosas por su nombre, logro mi cometido. 😉
Besos que vuelan con la magia del cuento.
Me gustaLe gusta a 1 persona
😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Prosopopeyas, elocuencia, dulce agonía … siempre me haces pensar, Verónica.
Un abrazo fuerte
Me gustaMe gusta
Gracias Enric por la cosecha de caricias al alma y abrazos. Besos reflexivos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Excelente marca irónica en la estofa final, querida Vero. Inmensos abrazos, en forma de ola que va y vuelve… 🌊 Aquileana 👐
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Uhhh! Ese abrazo con balanceo… Lo disfruto. Vayan besos para vos, mi querida A. Sé que volverás con la marea (y con el fin de la feria, ¿o me equivoco?)
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí… llego un poco más tarde del comienzo, como te habrás percatado… odio las inauguraciones. Jaja…. besos y a la brevedad estoy con vos en más detalle… Aquileana 🎇
Me gustaLe gusta a 1 persona
Reblogueó esto en Estación de microsy comentado:
Viejos poemas.
Nuevas chances de lectura.
Me gustaMe gusta