¿Será que la ausencia disimula mis defectos y me agranda en las virtudes?
Me hace feliz que no me olvides, que te detengas a leerme, que estés por aquí, mi buen amigo.
Un abrazo.
Mi querida Isabel, en estos versos estoy tan presente como si fueran de mis entrañas, como hijos…
Un gran abrazo y deseo que el 2016 nos encuentre leyéndonos y también, felices.
Quizá. Como colombiano confieso que siento atracción por varios poetas argentinos y entre mis lecturas preferidas de poemas cortos están autores oriundos de allí.
Aquello de que somos una ficción contada por un narrador poco confiable viene a cuento con lo que dices. Eso o la historia de que somos aquello que nos contamos a nosotros mismos sobre lo que somos, o sobre aquello que nos importa (idealismo puro y duro, aunque más bien sería leve según se vea). Y así seguir y seguir (eso o aprendizaje vicario, si nos ponemos materialistas).
Como siempre, un gusto leerte.
Creo que es un poco de todo. Por un lado somos el sueño de ‘alguien’ y por otro nos construimos con palabras e imágenes. Nos hacemos historia. Pero no sé. Dudo. Y por tanto, me alejo de los dogmas y me acerco a Uds., mis amigos.
Un beso grande.
No sueltes la pluma, querida, no la sueltes. Dijo alguna vez la monja poeta, Sor Juana Inés: «Hasta estos rasgos mal formados sean lágrimas negras de mi pluma triste». Sea.
Te abrazo muy fuerte, cómplicemente.
Un pedazo propio dentro de un capítulo. ¿Quiénes somos?… Aunque no lo quisiéramos ni lo pretendamos, todos caminamos evidenciando un motivo como seres perpetuados.
Pocas o muchas, las tuyas fluyen y yo celebro esos aciertos.
Fíjate el milagro: estamos en cruce, bucle, o vaya usted a saber cómo se dice. Tú entras mi casa dorada y yo me dejo en tu poesía ¿No es maravilloso? Así acontece el parto (los partos), los que paren ese otro que nos mira y nos habla desde la hoja o la pantalla, y se esparcen por ahí a su suerte.
Y esta tarde, ya noche, salen mis besos rumbo al horizonte por el que viene la lluvia
Espejo interior, el más difícil de pulir. Me alegra ver que el tuyo se mantiene claro y bruñido. Me alegra verte por aquí y me alegras a mí cuando te leo.
Mirá qué loco (soy un poco insensata, ya lo sabemos). Leí bruñido y pensé en Victor Heredia y «Aquellos soldaditos de plomo»:
«…Que vuelva bruñido el bronce… » <<< canto y desafino, para variar.
Solo espero (y no es poco) rendir culto a mi nombre: vera eikon, verdadero ícono o representación o imagen. No inducir a engaños, en otras palabras, ser un espejo que no deforme.
Supongo que tu lectura de Víctor Heredia debe estar teñida por la triste realidad argentina. Por ahora, querida, vienes haciéndole los honores correspondientes a tu nombre, por eso andamos siempre por acá. Y no, nunca, jamás es tarde cuando el afecto es sincero.
Gracias por perpetuarte, Verónica.
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Gracias por la inspiración y la compañía de tus letras.
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Reblogueó esto en Raciozinando.
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Gracias por la difusión. Abrazo.
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A propósito de nacimientos, feliz Navidad Vero.
Un abrazo marino desde la zona costera.
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Bella… mi deseo de felicidad para vos se abraza en la sal de ese mar.
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Cada vez que pares
después de leerte
recordándote
te escribo feliz siempre.
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¿Será que la ausencia disimula mis defectos y me agranda en las virtudes?
Me hace feliz que no me olvides, que te detengas a leerme, que estés por aquí, mi buen amigo.
Un abrazo.
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Feliz Navidad, amiga, un abrazote fuerte
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Mi saludo navideño llega tan tarde como seguro: ¡Feliz Navidad! y presa del apuro exclamo ¡Feliz 2016! Un besote, Leyla.
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Así es Vero. feliz navidad guapa. Abrazos.
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Anto… ¡Felicidad para tí, amigo mío! Que el 2016 nos encuentre creativos y maravillados.
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Feliz Navidad Verónica.
Un abrazo
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Feliz… (Aquí advierte que han pasado unos días) Navidad! ¡Y que el 2016 sea brillante!
Un abrazo, Leo.
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Qué bueno!!
Seguro que te gusta alguna entrada de http://gabrielgonzalezbello.wordpress.com
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Claro que sí. Estoy retomando la lectura luego de una ausencia forzosa. Ya me tendrás por allí.
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Estupendos versos Verónica, y ciertamente consigues perpetuarte con tu palabra escrita.
Un fuerte abrazo.
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Mi querida Isabel, en estos versos estoy tan presente como si fueran de mis entrañas, como hijos…
Un gran abrazo y deseo que el 2016 nos encuentre leyéndonos y también, felices.
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Tu poema me hace recordar una poeta argentina: Soledad Castresana. No sé si la conozcas, de no ser así, estoy seguro que te encantará.
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No la conocía y ya estoy leyéndola. ¡Gracias! ¿Será que la nacionalidad nos contagia el estilo, los modos?
Un abrazo.
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Quizá. Como colombiano confieso que siento atracción por varios poetas argentinos y entre mis lecturas preferidas de poemas cortos están autores oriundos de allí.
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¡Felices letras, Verónica! 🙂 … y Felices Fiestas
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¡Martes! ¡Cuento! ¡Qué felicidad el reencuentro con amigos! Te abrazo fuerte y ese abrazo encierra mi deseo de un Feliz 2016. 🙂
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🙂 Gracias, Verónica. Yo te deseo palabras mágicas para 2016. ¡¡Un abrazo kilométrico!!
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Gracias por estar ahi. Un beso.
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Gracias por sostener mi permanencia. Besos para el tintero y abrazos para el pincel.
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Un fuerte abrazo.
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Aquello de que somos una ficción contada por un narrador poco confiable viene a cuento con lo que dices. Eso o la historia de que somos aquello que nos contamos a nosotros mismos sobre lo que somos, o sobre aquello que nos importa (idealismo puro y duro, aunque más bien sería leve según se vea). Y así seguir y seguir (eso o aprendizaje vicario, si nos ponemos materialistas).
Como siempre, un gusto leerte.
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Creo que es un poco de todo. Por un lado somos el sueño de ‘alguien’ y por otro nos construimos con palabras e imágenes. Nos hacemos historia. Pero no sé. Dudo. Y por tanto, me alejo de los dogmas y me acerco a Uds., mis amigos.
Un beso grande.
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¡Beso!
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No sueltes la pluma, querida, no la sueltes. Dijo alguna vez la monja poeta, Sor Juana Inés: «Hasta estos rasgos mal formados sean lágrimas negras de mi pluma triste». Sea.
Te abrazo muy fuerte, cómplicemente.
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No la suelto. Aferrada estoy a ella como si de un salvavidas se tratase.
También te abrazo, necesitada y urgente.
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Que el 2016 te sea provechoso en lecturas, Verónica. Otro abrazo desde el otro lado del Atlántico.
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Eduardo, mi querido, se te extraña. Un abrazo que te desea el mejor 2016 posible.
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Un pedazo propio dentro de un capítulo. ¿Quiénes somos?… Aunque no lo quisiéramos ni lo pretendamos, todos caminamos evidenciando un motivo como seres perpetuados.
Pocas o muchas, las tuyas fluyen y yo celebro esos aciertos.
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Celebramos al unísono la alegría de estar… Recuerdo feliz que abriga besos.
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Fíjate el milagro: estamos en cruce, bucle, o vaya usted a saber cómo se dice. Tú entras mi casa dorada y yo me dejo en tu poesía ¿No es maravilloso? Así acontece el parto (los partos), los que paren ese otro que nos mira y nos habla desde la hoja o la pantalla, y se esparcen por ahí a su suerte.
Y esta tarde, ya noche, salen mis besos rumbo al horizonte por el que viene la lluvia
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La maravilla es saberte ahí, tan cerca, del otro lado…
Besos que me llevan hasta la Casa dorada.
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Wishing you a Happy New Year with the hope that you will have many blessings in the year to come!!!With love Maxima
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Happy New Year, Maxima.
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Espejo interior, el más difícil de pulir. Me alegra ver que el tuyo se mantiene claro y bruñido. Me alegra verte por aquí y me alegras a mí cuando te leo.
Abrazo infinito y el mejor de los años para vos.
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Mirá qué loco (soy un poco insensata, ya lo sabemos). Leí bruñido y pensé en Victor Heredia y «Aquellos soldaditos de plomo»:
«…Que vuelva bruñido el bronce… » <<< canto y desafino, para variar.
Solo espero (y no es poco) rendir culto a mi nombre: vera eikon, verdadero ícono o representación o imagen. No inducir a engaños, en otras palabras, ser un espejo que no deforme.
Beso grande (¿llego tarde para desear buen año?)
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Supongo que tu lectura de Víctor Heredia debe estar teñida por la triste realidad argentina. Por ahora, querida, vienes haciéndole los honores correspondientes a tu nombre, por eso andamos siempre por acá. Y no, nunca, jamás es tarde cuando el afecto es sincero.
Abrazo.
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Wow:)
Pasate por mi blog
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