Es que es tan agradable darse una vuelta por acá y «relojear» qué hay… por eso cuando no estás, se te extraña, pebeta!
Pucha, cómo llueve en Bs. As.!! Alguien está corriendo los muebles fuerte en el cielo! 😉
Rayos y Centellas Vero! Acá tambien diluvió! Yo pensaba subir arriba del placard los sweaters…pero no… espero un poco, no? al paso que vamos llegaremos a diciembre con bufanda… y paraguas… ☔
Menos es más…. el destino podría ser una prolongación de nuestro cuerpo, efectivizado en forma de acciones… Me encantó el aforismo poético… Besos, Vero. Aquileana 🌠
Vengo rodeando algunas ideas: el cuerpo como productor de arte, el cuerpo receptor y a la vez ‘escribiente’… cosas por el estilo. 😉 Y soy bastante monotemática (sepan los lectores disculpar) así que seguiré con enfrascada en esas cuestiones que aparecerán adueñándose de lo que escribo.
Te dejo un gran abrazo, mi querida A. 🙂 Estoy retomando la lectura de los blogs amigos (y la compañía de los amigos). Estoy próxima al tuyo.
Me mojé hasta el caracú, así de gráficamente te lo digo. Espero hacerme un tiempito en breves para adr cuenta de todas las entradas de LADA. Besos, mi querida A. ¡Feliz fin de semana!
Breve y contundente. Pero con las armas me ocurre una cosa, lo dice muy bien Rafael Sánchez Ferlosio: más o menos: cuando la mano tensa el arco, la flecha se ve obligada a buscar su destino. Quizá las letras o los labios (‘Espadas como labios’ tituló Vicente Aleixandre) estén destinados para herir de amor, que no por ser él elude la muerte, aunque ésta tenga otro prestigio.
Un beso que vuela desde un soplo, leve y ágil, y conocedor de su destino.
Un mínimo que da para muchas interpretaciones… Me ha gustado. Extrañaba leerte, y no sé por qué razón no se actualizan tus entradas… Objetivo: buscarte. :))) Besos.
Es un mínimo que juega con ambigüedades. Pero no es ambiguo (¡claro que no!) el cariño que nos profesamos.
Las entradas no se actualizaban pues sucumbí ante obligaciones ineludibles, placenteras pero impostergables. Necesité tiempo extra y me mantuve bastante alejada. (Supongo también que me alejé de mí).
Besos, Julie. Intentaré ser más constante y previsora 🙂
El cuerpo es un objetivo
y la letra un arma.
Destino.
Espero que no se me ofenda la poeta por haber hecho esto. Me gustó eso de «El cuerpo es un arma». Sólido y preciso, porque en realidad el cuerpo es una arma en toda el exacto sentido del término.
Las armas de la lengua, del cuerpo, de la palabra se confunden con frecuencia y en cada caso recuerdan la vulnerabilidad de quien se les planta de cara. Así, querida mía, en tres versos me des-armas. O, al menos, me exhibes. Me gusta también la lectura del querido Borgeano: el cuerpo como objetivo de la letra. Ay.
Abrazo inmenso y expuesto.
¡Qué alegría saber de ti, Verónica! 😀 Vuelve, vuelve. Sorpréndete y revuelve en tu memoria tanta agitación. Porque allí donde estés, con tus palabras destilas lo mejor de tu esencia, a pesar del estrés. Gran poema de Benedetti.
Paso por aquí, querida, y, como dice José Sala, me encuentro con que no hay ningún post nuevo. Me inquieto. Dime que estás con mucho trabajo o simplemente te ha dado pereza, Verónica querida.
Espero noticias tuyas…
Pues verás… pasa de todo, mi querida Julia, como en la vida y como en botica. Nada que no pueda solucionar o reponerme pero excesivo respecto de mi poco tiempo. Ha sido un silencio tan necesario (y sin alternativas) como reparador. Retorno lentamente…
Un abrazo que te tiene presente.
El pasado nueve de noviembre me hablaste de tus fuerzas y luego comentaste -siempre tan bonito y cálido- mis relatos. Y te extraño; te extraño acá, a tu estilo, en tu casa hecha de poesía. Dime que andas gozando de la primavera, que te falta el tiempo, que hay prioridades… Dime algo.
Tu beso me encuentra y me llama a la respuesta… Hay ausencias y silencios necesarios para mitigar dolores. A pesar de eso, estoy bien. Recuperándome. Volviendo lentamente a la red. Varios capítulos de «La casa…» me esperan. Iré por ellos y entre ellos a leerte.
Y tanto que es un arma y no siempre para bien, un beso.
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Es cierto. Quizás (borremos el quizás, tengo la certeza) pensé en su costado más sombrío; ese que hiere.
Un beso.
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Me ha encantado, Verónica. Te leo Cola Cao en mano.
Un beso.
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Eso me complace, Javi (casi tanto como saberte por aquí y con un Cola Cao).
Beso.
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Me paso por aquí a saludar, Verónica. Sigo con mi café en mano.
Un abrazo.
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Con qué poco, se puede decir TANTO…
Besitos!
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Eso es toooodo mérito de mis lectores que depositan mucho de sí en sus lecturas. 🙂
Un gran abrazo, mi querida Gabi.
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Es que es tan agradable darse una vuelta por acá y «relojear» qué hay… por eso cuando no estás, se te extraña, pebeta!
Pucha, cómo llueve en Bs. As.!! Alguien está corriendo los muebles fuerte en el cielo! 😉
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Quizás suene paranoica pero llovió ‘todo’ sobre mí. Para cuando pude llegar a casa era pura agua. ¿Mudanza celestial? 😉 😀
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Rayos y Centellas Vero! Acá tambien diluvió! Yo pensaba subir arriba del placard los sweaters…pero no… espero un poco, no? al paso que vamos llegaremos a diciembre con bufanda… y paraguas… ☔
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Corto pero definitivo.
Si, el cuerpo puede ser un arma, y quizá también las letras.
Besetes, querida Vero…
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Tal vez esa posibilidad torna a ambos peligrosos.
Besos hasta tu dulce mirada
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Como siempre, impresionante, mi querida Vero.
Un abrazo, amiga.
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Te abrazo mientras digo «¡calla, no exageres!» Te quiero, amiga. Gracias por esas palabras.
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Menos es más…. el destino podría ser una prolongación de nuestro cuerpo, efectivizado en forma de acciones… Me encantó el aforismo poético… Besos, Vero. Aquileana 🌠
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Vengo rodeando algunas ideas: el cuerpo como productor de arte, el cuerpo receptor y a la vez ‘escribiente’… cosas por el estilo. 😉 Y soy bastante monotemática (sepan los lectores disculpar) así que seguiré con enfrascada en esas cuestiones que aparecerán adueñándose de lo que escribo.
Te dejo un gran abrazo, mi querida A. 🙂 Estoy retomando la lectura de los blogs amigos (y la compañía de los amigos). Estoy próxima al tuyo.
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Otro abrazo grande, Vero querida…. y siempre sos bienvenida… cuando gustes y puedas… Gran día para vos. Qué lluvia por acá… Aquileana 😘🌹
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Me mojé hasta el caracú, así de gráficamente te lo digo. Espero hacerme un tiempito en breves para adr cuenta de todas las entradas de LADA. Besos, mi querida A. ¡Feliz fin de semana!
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Jajaja…. un abrazo muy grande, Vero… excelente fin de semana para vos. Aquileana 💫
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Breve y contundente. Pero con las armas me ocurre una cosa, lo dice muy bien Rafael Sánchez Ferlosio: más o menos: cuando la mano tensa el arco, la flecha se ve obligada a buscar su destino. Quizá las letras o los labios (‘Espadas como labios’ tituló Vicente Aleixandre) estén destinados para herir de amor, que no por ser él elude la muerte, aunque ésta tenga otro prestigio.
Un beso que vuela desde un soplo, leve y ágil, y conocedor de su destino.
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Con la sensibilidad que te caracteriza das en la diana una vez más. Aute canta ‘besos como balas’.
Vaya hasta vos mi beso feliz con el reencuentro.
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Pingback: Mínimo | Letras con vida
Un mínimo que da para muchas interpretaciones… Me ha gustado. Extrañaba leerte, y no sé por qué razón no se actualizan tus entradas… Objetivo: buscarte. :))) Besos.
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Es un mínimo que juega con ambigüedades. Pero no es ambiguo (¡claro que no!) el cariño que nos profesamos.
Las entradas no se actualizaban pues sucumbí ante obligaciones ineludibles, placenteras pero impostergables. Necesité tiempo extra y me mantuve bastante alejada. (Supongo también que me alejé de mí).
Besos, Julie. Intentaré ser más constante y previsora 🙂
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Se necesitan esos tiempos… Te comprendo. Besos.
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Lográs llegar con palabras a la minima expresión. Sos como una fisica buscando la formula de la minima particula. El origen del todo. Un beso amiga.
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Pero muchas gracias, mi querido amigo. En tu boca esa comparación es todo un elogio hacia mi obra. Besote inmenso.
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asi de simple y hermoso,como todas tus letras, un abrazo de Fin de Semana Veronica 🙂
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Mi querida Leyla… a pesar de mi tardanza, ese saludo, esos buenos deseos, me han acompañado.
Beso inmenso. 🙂
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Recorto y pego (me gusta hacer collages):
El cuerpo es un objetivo
y la letra un arma.
Destino.
Espero que no se me ofenda la poeta por haber hecho esto. Me gustó eso de «El cuerpo es un arma». Sólido y preciso, porque en realidad el cuerpo es una arma en toda el exacto sentido del término.
Abrazo.
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¿Ofenderme? Jamás, mi querido. ¡Me encantó! Y sí… es una posible lectura.
Un abrazo que no quiere diluirse.
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Las armas de la lengua, del cuerpo, de la palabra se confunden con frecuencia y en cada caso recuerdan la vulnerabilidad de quien se les planta de cara. Así, querida mía, en tres versos me des-armas. O, al menos, me exhibes. Me gusta también la lectura del querido Borgeano: el cuerpo como objetivo de la letra. Ay.
Abrazo inmenso y expuesto.
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¿Qué decir? ¿Qué agregar? El cuerpo arma también sufre.
Un abrazo que llega hasta allí.
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De cuerpo arma a cuerpo arma, ambos dolidos, abrazos callados.
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Hace casi un mes que no posteas nada nuevo. ¿Todo bien? Este espacio está muy vacío sin ti. Saludos 😉
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Todo bien aunque sumamente cansada, ocupada, enredada… Vuelvo tal como lo dice Don Mario. 😉
Quiero creer que estoy volviendo (MARIO BENEDETTI)
Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo
hay tanto siempre que no llega nunca
tanta osadía tanta paz dispersa
tanta luz que era sombra y viceversa
y tanta vida trunca
vuelvo y pido perdón por la tardanza
se debe a que hice muchos borradores
me quedan dos o tres viejos rencores
y sólo una confianza
reparto mi experiencia a domicilio
y cada abrazo es una recompensa
pero me queda / y no siento verguenza/
nostalgia del exilio
en qué momento consiguió la gente
abrir de nuevo lo que no se olvida
la madriguera linda que es la vida
culpable o inocente
vuelvo y se distribuyen mi jornada
las manos que recobro y las que dejo
vuelvo a tener mi rostro en el espejo
y encuentro mi mirada
propios y ajenos vienen en mi ayuda
preguntan las preguntas que uno sueña
cruzo silbando por el santo y seña
y el puente de la duda
me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron / yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo
tira y afloja entre lo que se añora
y el fuego propio y la ceniza ajena
y el entusiasmo pobre y la condena
que no nos sirve ahora
vuelvo de buen talante y buena gana
se fueron las arrugas de mi ceño
por fin puedo creer en lo que sueño
estoy en mi ventana
nosotros mantuvimos nuestras voces
ustedes van curando sus heridas
empiezo a comprender las bienvenidas
mejor que los adioses
vuelvo con la esperanza abrumadora
y los fantasmas que llevé conmigo
y el arrabal de todos y el amigo
que estaba y no está ahora
todos estamos rotos pero enteros
diezmados por perdones y resabios
un poco gastados y más sabios
más viejos y sinceros
vuelvo sin duelo y ha llovido tanto
en mi ausencia en mis calles en mi mundo
que me pierdo en los nombres y confundo
la lluvia con el llanto
vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia
conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo
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¡Qué alegría saber de ti, Verónica! 😀 Vuelve, vuelve. Sorpréndete y revuelve en tu memoria tanta agitación. Porque allí donde estés, con tus palabras destilas lo mejor de tu esencia, a pesar del estrés. Gran poema de Benedetti.
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Paso por aquí, querida, y, como dice José Sala, me encuentro con que no hay ningún post nuevo. Me inquieto. Dime que estás con mucho trabajo o simplemente te ha dado pereza, Verónica querida.
Espero noticias tuyas…
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Pues verás… pasa de todo, mi querida Julia, como en la vida y como en botica. Nada que no pueda solucionar o reponerme pero excesivo respecto de mi poco tiempo. Ha sido un silencio tan necesario (y sin alternativas) como reparador. Retorno lentamente…
Un abrazo que te tiene presente.
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El pasado nueve de noviembre me hablaste de tus fuerzas y luego comentaste -siempre tan bonito y cálido- mis relatos. Y te extraño; te extraño acá, a tu estilo, en tu casa hecha de poesía. Dime que andas gozando de la primavera, que te falta el tiempo, que hay prioridades… Dime algo.
Un beso que te busca incansable en su vuelo.
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Tu beso me encuentra y me llama a la respuesta… Hay ausencias y silencios necesarios para mitigar dolores. A pesar de eso, estoy bien. Recuperándome. Volviendo lentamente a la red. Varios capítulos de «La casa…» me esperan. Iré por ellos y entre ellos a leerte.
Un abrazo que te estrecha.
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¡Qué bien! Y, oye, la poesía te sale por los poros; y es tan bella, gotita a gotita, despacito, a tu modo…
Un montón de besos
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