La historia gira como carrusel
y con cada vuelta,
el paisaje
—ese especialista en metamorfosis—
se transforma en un viejo conocido.
Se desgasta la ilusión.
Nos ocultan las sortijas y las suertes.
Y en ese transcurrir,
el caballo de madera
no nos soporta
el peso de la vida.
Y parados llegamos,
—arrastrando los afanes como un tango—
al punto equidistante de otro punto
siempre medio
¡puto radio!
Mienten el destino
y su impostura de nombre propio.
No interesan
ni tu alma,
ni su peso,
ni los jirones torpes en el cielo.
Ya no importan
las promesas.
Quedan los vinilos
y los arpegios de todas las guitarras inventadas.
Cuento más ayeres
que pelusas en el bolsillo de mis afanes.
Entonces,
me voy con mi meollo
y mis pesadillas y mis fijaciones
y mis obsesiones
a otra parte
de mi rima
que no es.
Este acorde ha llegado a mi corazon. (con lo que me gustan las calesitas y ese leve transcurrir!) 🙂
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Nos ronda cierto aire de niñez y nostalgia. Mis domingos infantiles tienen una calesita y su sortija. 🙂
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Oiste hablar de Don Luis, el calesitero? Vivia cerca de la casa de una tia abuela mia.
Un personaje! http://www.revisionistas.com.ar/?p=12390
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No sabía de él. Ahora, gracias a vos, ¡sí!
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Si vivieras por acá te diría: ¡¡¡este poema es la caña de España!!! (es como decir que es lo más).
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Ahhhh ¡Qué lindo! Y lo digo por el mensaje y también por esa traducción, gracias por el detalle. Cada vez que recibo tu aliento me dan ganas de publicar. Ten paciencia y lo haré. 🙂
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¡Bravo Verónica! Te admiro como poeta, te felicito y te doy las gracias por compartir tan buenos versos.
Un fuerte abrazo.
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Isabel.. me quedo sin palabras.. Ya sabes cómo aprecio tu poesía. Tu elogio es tan bienvenido como necesario para mi estima.
Un beso gigante.
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Muy intenso. Me ha gustado mucho.
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Hay palabras que, pronunciadas por otros, me generan grandes efectos. Intensidad es una de ellas. 🙂
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Qué bueno que toqué esa tecla, hice sonar esa nota especial. Pero es que no había otra palabra, como a veces no hay otra nota que mejor exprese lo que sentimos.
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Jo, normalmente necesito leer varias veces tus poemas para sacarles bien el jugo, pero este es intenso, como ya te han dicho. Gracias por deleitarnos con tu poesía.
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Me gusta (y es un detalle de la casa) ser rebuscada; raspar capa tras capa y seguir encontrando ‘algo’. Pero cuando sale… intensa… es una gran palabra.
Un beso.
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¡Una preciosidad!.
Define tan bien el paso del tiempo (humano).
Saludos.
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El tiempo pasa. ¡Qué no nos pese!
Saludos.
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Hermoso como escribes, un placer leerte siempre.Un beso!
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Muchas gracias. Espero que las visitas se repitan 🙂
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Calesitas y radios de circunferencias, todavía giro…
Un remate de los buenos, como los que te caracterizan …
Bien hecho, una vez más, querida Vero. Abrazos y besos, Aquileana 💫✨🌟
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Soy futbolísticamente implacable. Pongo el ojo, la bala y marco gol. (O ese es mi deseo).
Besos y un abrazo escarchado, mi querida A. ⭐
V 😎
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Olé, pedazo de poema, queridísima Verónica. «Arrastrando los afanes como un tango», qué imagen más fuerte. Y luego esto otro: «Quedan los vinilos/ y los arpegios de todas las guitarras inventadas». Resuenan en el fondo esos acordes. Cuánta música se cuela entre las letras.
Abrazísimo
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Besísimo que se prolonga entre las notas y las figuras musicales. Porque la música forma parte de nuestras vidas. Entonces, nuestras letras también se nutren de ella.
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Y celebro encontrar tanta música entre tus palabras. Como siempre.
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me voy con mi meollo
y mis pesadillas y mis fijaciones
y mis obsesiones …. me re-super encanto .. y mas !!!!! ❤
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¡¡Gracias!! En algunas ocasiones doy en la tecla y pulso las emociones. Un beso gigante, Leyla.
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… » Ya no importan
las promesas.
Quedan los vinilos
y los arpegios de todas las guitarras inventadas»…
¡Qué cuadro tan fuerte! Muchas gracias por compartirnos este pedazo de poema.
Abrazo grande desde el mar.
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