Comparto las notas, la escala, los movimientos y la síncopa de mi música.
Tras tantos cuidados,
la estructura de la defensa
quiebra
la lonja,
la racha,
la grieta,
las cinco líneas paralelas del pentagrama de tu voz.
Intercambia
los versos conjugados
como verbos,
como besos,
en el conmutador de los sentidos polifónicos.
Ruedan
las corcheas deshilachadas.
Fugan
el tono,
la métrica,
la ropa,
y la piel
por el dorso de las partituras encalladas.
Bien traído, Verónica.
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Gracias, Enrique.
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Vaya, acabo de darme cuenta que ese Blog también es tuyo, incansable Verónica. Un abrazo-e.
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El otro blog es un poquito mío. Somos una comunidad, una variedad de autores. Me incorporé recientemente. Un beso.
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Tienes una forma muy hermosa de hermanar Poesia y música. Gracias.
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Sos muy generosa con tu apreciación. Gracias por concederme el crédito e impulsarme a seguir. Un beso.
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😘😘😘😘
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Bello y musical poema, nos fugamos durante unos minutos! 🙂
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Nos escapamos – con la música como puente – a lugares de ensueño. Tomamos impulso y disfrutamos el mundo. 🙂 🙂 🙂
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V,
Muy bueno… Celebro el tono musical y sus respectivos vaivenes rítmicos…las cinco líneas paralelas del pentagrama de la voz, el conmutador de los sentidos polifónicos, las corcheas deshilachadas y las partituras encalladas…
Fuerte abrazo y gracias… Aquileana 😛
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A., querida amiga: voy «entrando en ritmo» (y esto también podría leerse como un caso de iniciación en algún deporte o gimnasia).
Un beso sentido y gracias por detenerte siempre y comentar. 🙂 😉 ⭐
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