Esos hombres grises. Foto: Chema Concellón
La ciudad morigera
intenciones huidizas
tras sus mapas
estampados en cuadrícula.
Extiende sus ramas peregrinas.
Anida en pájaros tristes,
sin alas,
tullidos,
contrahechos,
inservibles.
Habita en
funcionarios,
oficinistas,
oficiales seres anónimos,
distintos tonos de gris,
lento tinte negro,
acuarela monocroma,
gris,
instancia superadora,
revolución industrial,
progreso.
Crece en
edificios
de vidrio, de acero, de cemento,
lentos atisbos de negro.
La ciudad
— más allá de mis dedos y mis dudas —
lamenta grises
de vapores,
de monóxido,
de combustión.
Llora
y sus lágrimas
se hacen charco gris
en perpetua eternidad intransferible
de su sombra.
Web de Vero B 
Acuarela monocroma. Ciudades grises. Demasiado cemento. Besos de viernes primaveral con mucho calor y sin ventilador ni aire en casa. Augurios de refresco o vientito frío. Buen finde!!
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Besos de qué suerte que refrescó un poco a la noche pero el cemento y las ciudades conservan el calormecache. ¡Qué el fin de año traiga ventilador!
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Menuda entrada, Verónica. Contundente es poco aún siendo monocroma.
Besos y buen fin de semana.
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Es la contundencia de la ciudad que abruma. Desde ella no se ven los horizontes. Y sin embrago, sabemos que están allí.
¡Besos de buen fin de semana, Javi!
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Así es la ciudad, la amamos aunque nos maltrate, no es coqueta, ni zalamera, es golfa, sucia, acaba matándonos, pero nos atrae perversamente, Verónica. La fría soledad de las ciudades acaba anclándose en sus ciudadanos.
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Me enamoré de algunas de ellas en sucesivo y también en paralelo. A día de hoy me seduce una inmensa que me ignora. A todas las que habité, en las que fui, las recuerdo con cariño. Las llevo en mí.
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¿Has estado con Federico García Lorca allá en alguna estrella? ¿Te lo has traído contigo o lo llevas dentro?
Un beso y una lágrima de carmín.
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Madame, madame… ¿no es un exceso? Vos sabés que… gracias por todo y por estas caricias.
Un beso.
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El color de las ciudades es directamente proporcional a la energía de la mayoría de sus habitantes. Construímos el mundo con el pensamiento, y la ciudad está comprendida en esa construcción; al darnos cuenta comenzamos a modificar el gris multiforme, el de los pensamientos oscuros, inertes…grises.
Un beso en esta extraña primavera.
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¿Qué puedo agregar? Es cierto. Más allá de edificios y construcciones el latido, el espíritu de la ciudad nace de quienes la habitan.
Desde esta primavera confundida en verano, un abrazo.
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A ver dónde llega ese atisbo de negro…
Una entrada sincronizada con los pasos que se dan en la ciudad que describes.
Un beso.
Buen fin de semana, Verónica.
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El atisbo de negro me lleva a una carretera, también cemento y gis, que desemboca en un mar, un río, un bosque; en vida y colores.
Un beso de sábado y ¡feliz descanso!
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Es lo que trae el progreso y el desarrollo, ciudades grises de personas grises,sin ambiciones, ni deseos, maquinas de trabajo humanas, que son absorbidas por el entorno convirtiendolo en un mundo trite,
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Claro. Por eso, recordándonos humanos recuperamos los colores.
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Hola V,
Excelente poema… Has captado la esencia inaprehensible y gris de la poética urbana…
Mis versos favoritos son:
«La ciudad morigera/intenciones huidizas
Extiende sus ramas peregrinas.
Anida en pájaros tristes/sin alas»…
Absolutamente genial amiga…
Te mando un abrazo grande, Aquileana 😛
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Mi querida A. probablemente capté la esencia (eso sería un efecto casual). Lo que aseguro es que pude plasmar mi estado de ánimo (tirando a gris topo por no decir negro). ¡Y eso sin mencionar baches ni baldosas flojas! 😛
Un beso inmenso, V.
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La ciudad llora y sus lágrimas nos unen a ella y a sus recuerdos. Nos maltrata, pero la amamos.
Precioso y duro poema.
Mil besos, Vero…
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Tus palabras trajeron a mi memoria parte de la letra de esta canción >>> A vos ciudad
«A vos ciudad
Hoy aquí te canto ahora
Y quiero en vos crecer
Y echar raíces
Que sean largas
Y te abarquen
Que te enrosquen
Y te aprieten
Nos abracen y acaricien
Y nos aten…»
Las ciudades nos inspiran sensaciones contradictorias pero no nos resultan indiferentes.
Muchos besos, María
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Buenísimo Vero, esos lloros en la ciudad que nos atrapa. Abrazo fuerte.
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La ciudad llora sus lágrimas de alquitrán en el asfalto mientras abraza nuestros pasos. Abrazote de esos que quitan el aliento, amiga.
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«y sus lágrimas
se hacen charco gris
en perpetua eternidad intransferible
de su sombra» Tremenda Verónica 🙂
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Un gris bien gris, ¿no? Para que no queden dudas. 🙂 Besos, Zuri.
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