Objetivos de corto plazo
Inobjetables próximos,
rápidos para el abordaje
me propongo asaltarlos como navíos
y ejercitar las palabras como músculos
para que obedezcan órdenes
mientras olvidan
alma y autonomía.
Aniquilaré sediciosos
al menor atisbo de sospecha.
Ustedes,
términos que cobran vida
respiran.
Adquieren presencia y vigor.
Se independizan.
Mascullo amenazas como éstas:
voy a conquistar los verbos
con rutinas de seducción
y malabares de distracción;
con vitaminas
de letargo a quemarropa.
Corroída por las dudas,
agiganto mi miopía editorial
cuando escribo
estos
apuntes para no caer.
Me obligas, siempre, a tenerte que leer varias veces el mismo artículo. MB. Hoy me quedo con …
Mascullo amenazas como éstas:
voy a conquistar los verbos
con rutinas de seducción
y malabares de distracción;
con vitaminas
de letargo a quemarropa.
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No soy sencilla, y menos aún cuando escribo, Enrique. Lo interesante es que te quedes. Eso debe significar algo. ¿O me equivoco?
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No te equivocas, claro que no, lo esencial de tus contenidos es que atraen.
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El potencial es el tiempo modal de los cobardes…, ¡¡¡ Si señor !!!, demasiados «debería en el camino» no llevan a ninguna parte. Un abrazo.
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Hay que vaciar del equipaje esos condicionantes que nos distraen del camino. Un beso.
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Tienes toda la razón. Un abrazo.
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Muy bueno querida V… Pienso en el viejo artilugio de los noticieros y el potencial como modo de sutraerse de cualquier tipo de responsabilidad civil y jucio de querellas e injurias. Bueno, creo que tu poema es elocuente y me has llevado a estos dominios fantasmales.
Un abrazo grande amiga, Aquileana 😛
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El potencial merece mi desprecio en esas ocasiones que señalas. Lo peor, lo trágico, es que esa costumbre no se limita exclusivamente a periódicos y noticieros sino que invade nuestra vida. Hay que estar alerta para balancear (guiño de una deformación profesional a otra) ese contrapeso.
Un beso sonoro, querida A. 🙂
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¡Hola!
Someter a esas infames resbaladizas y peligrosas, las palabras. ¡Qué más quisiera yo, que siempre he estado sometido gracias a ellas!
Un abrazo, Verónica.
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¡Hola!
Es un extraño caso, ansiar la liberación para luego sucumbir nuevamente, con vocación de esclavo.
Un beso, Enrique.
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Muy buena entrada Verónica y nada de potencial que eso es para cobardes.
Un fuerte abrazo.
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Intento alejarme del potencial tanto como las alternativas me lo permiten, Javi. Es una lucha día a día como la que mantienes con el cigarrillo.
Un beso.
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Creo que romperé una lanza en favor de los pobres potenciales- aunque no de Majul, rey de los ídem 😀 … después de todo un potencial es hijo de la inseguridad y el miedo, pero también de la duda, sin la cual no existen ni la inteligencia ni el perdón…
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Cuando se asocia con la duda, sonrío. Pero, ¡cuidado con esos embaucadores! No debemos permanecer en sus redes. Hay que permitirse la duda, sí; y ponerse en acción. 🙂
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Algo de quijotesco hay en la empresa… no son nadie las palabras y todo lo que despiertan a su paso… Un abrazo.
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Es una empresa para toda la vida me temo. Un beso, Josep.
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No caigas y conquista Vero. Abrazote desde el mar.
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Para no caer pido ayuda. Y ahí están Uds. con sus palabras de aliento, Cris. Besos continentales.
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Bonita. ❤️
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